El monte es donde Dios se revela

Hace algunos años, al estudiar el capítulo 22 de Génesis, llegué a una conclusión: "Si seguir a tu Señor no te está costando nada... probablemente, no lo estás siguiendo". Ahora, al reflexionar nuevamente sobre este pasaje, más me doy cuenta de cómo esta historia toca las fibras más profundas de nuestra fe.

En Génesis 22, Abraham recibe una orden que parece incomprensible: sacrificar a su hijo Isaac, el hijo de la promesa, ese por quien había esperado años. Piénsalo: el hijo que simboliza el cumplimiento de las promesas de Dios está ahora en peligro debido a una prueba divina. ¿Cómo reaccionarías si Dios te pidiera algo que parece arrancarte lo más preciado?

Pero más allá del acto en sí, lo que encontramos aquí es una lección fundamental: la fe real no es barata. No es cómoda. La fe auténtica está dispuesta a soltar todo lo que tenemos, confiando en que Dios siempre proveerá.

La historia de Abraham choca con nuestra realidad. Nos gusta hablar de fe, pero ¿estamos dispuestos a vivirla cuando implica riesgo, sacrificio o incertidumbre?

  1. La fe implica sacrificio. Abraham no retuvo nada de Dios, ni siquiera a su propio hijo. Y aunque no estemos llamados a algo tan extremo, debemos preguntarnos: ¿Qué estamos reteniendo? Tal vez sea un sueño, una relación, o incluso nuestro tiempo. La verdadera fe significa poner todo sobre el altar.

  2. Dios siempre provee para sus propósitos. Cuando Abraham y Isaac subieron al monte, no había carnero a la vista. Pero Dios proveó en el momento justo. Muchas veces no veremos la salida hasta que demos el paso de fe. ¿Hay algo que Dios te está pidiendo que hagas, pero estás esperando primero tener garantías?

  3. El discipulado es un "ascenso vertical" Seguir a Cristo no es un camino fácil ni plano. Requiere esfuerzo, perseverancia y muchas veces ir contracorriente. Si hoy sientes que estás subiendo una cuesta empinada en tu vida espiritual, estás en el camino correcto. El monte es donde Dios se revela.

Vivimos en una tensión constante

Queremos vivir para Dios, pero también nos atraen las distracciones del mundo: la comodidad, el éxito instantáneo, la aprobación de los demás. Sin embargo, Génesis 22 nos invita a examinar qué significa realmente seguir a Dios.

John Piper, en su libro Desiring God, dice que la fe no se trata de lo que perdemos, sino de Quién ganamos. Desafíate a pensar: ¿Estoy buscando a Dios como mi mayor tesoro, o estoy aferrado a mis propios planes y sueños?

Donde ocurre lo sobrenatural

Subir al monte con Dios no siempre es fácil, pero es donde ocurre lo sobrenatural. Es donde vemos su provisión, donde nuestra fe se fortalece y donde aprendemos a confiar completamente en Él.

Así que, la próxima vez que enfrentes una situación que parezca imposible, recuerda: la obediencia es un "ascenso vertical", pero vale la pena. Porque cuando llegas a la cima, descubres que Dios ya estaba allí, esperando para mostrarte su fidelidad.

¿Qué "monte" estás llamado a subir hoy? Juntos podemos animarnos en este viaje de fe.

Comentarios

Entradas populares