Jojo Rabbit y el Ángel que da sentido: reaprendiendo a ver la vida

Hoy fue un día distinto. Estoy de vacaciones, y decidí aprovechar para ver una película que desde hace tiempo tenía en mi lista: Jojo Rabbit. No esperaba que me pegara tan fuerte.

La historia es sobre "Jojo", un niño alemán de unos diez años, que crece en plena Segunda Guerra Mundial, profundamente adoctrinado por la propaganda nazi. Tanto es así, que su amigo imaginario es nada menos que una versión caricaturesca y ridícula de Hitler, que le aconseja y le interpreta el mundo. Jojo no ve la guerra como crueldad, sino como gloria; no ve a los judíos como personas, sino como monstruos peligrosos. Todo porque desde pequeño su lente interpretativa fue distorsionada.

Hay un momento en el que Jojo comienza a descubrir la verdad. Conoce a una joven judía escondida en su casa y, poco a poco, su narrativa se rompe. Su mundo, construido sobre mentiras, comienza a colapsar, y con él, la imagen de su “amigo” imaginario. Es sumamente imapctante ver cómo una mente tan joven, tan moldeable, puede ser configurada por una historia equivocada… y cómo, cuando cambias la lente, cambia todo.

Cuando el lente cambia, cambia todo

Esta tarde, mientras leía Éxodo 23:20-33, recordé la película. En este texto, Dios anuncia que enviará a su Ángel delante del pueblo de Israel para guiarlos hacia la tierra prometida. Además, vino a mi mente lo que dice de manera tan sencilla y contundente Paul David Tripp, en Instrumentos en las Manos del Redentor:“la gente piensa”. No reaccionamos simplemente a los hechos, sino a la interpretación que hacemos de esos hechos.

Yo tengo unos amigos que suelen decir: “no hay nada más cristiano que pensar”. Y es cierto… a medias. Porque Dios ya nos hizo seres pensantes; pensar es humano. Pero lo que realmente transforma es pensar bíblicamente, y aún más, pensar bíblicamente a la luz del evangelio de Cristo. Pensar es una cosa; pensar según la Palabra, otra muy distinta. Y pensar la Palabra misma con los lentes del evangelio, con Cristo como centro y clave de interpretación, es algo completamente diferente.

En ese sentido, volviendo a Éxodo 23, el Ángel de Yahvé es mucho más que un guía geográfico; es la lente a través de la cual Israel debe interpretar cada paso del camino. Sin Él, verían gigantes invencibles, murallas impenetrables y amenazas constantes. Con Él, verán la fidelidad de Dios, la certeza de la victoria y el propósito de cada demora.

En Jojo Rabbit, cuando Jojo empieza a ver la guerra desde otra perspectiva, la misma realidad se vuelve otra cosa. Así también en nuestra vida: no cambiamos solo cuando cambian las circunstancias, sino cuando cambian nuestros ojos.

Dios le promete a Israel al menos cuatro cosas clave en Éxodo 23:

  1. Presencia que interpreta: El Ángel no solo abre camino, sino que define cómo se debe entender el camino. Es la voz autorizada que da sentido a la historia.

  2. Juicio que abre puertas: Las “avispas” que Dios enviará no son solo un método militar, sino un recordatorio, el poder no está en la espada de Israel, sino en la intervención divina.

  3. Progreso paciente: Dios les advierte que la conquista será gradual, no inmediata, para protegerlos y formarlos. La prisa humana ve lentitud; la interpretación divina ve sabiduría.

  4. Protección contra narrativas falsas: No hacer alianzas no es solo evitar riesgos políticos, es impedir que otras cosmovisiones distorsionen la manera de entender la vida y la fe.

Revisemos nuestras cosmovisiones

Después de la rendición incondicional de las fuerzas armadas alemanas en mayo de 1945, algunos niños alemanes, como Jojo, siguieron peleando en grupos guerrilleros conocidos como “hombres lobo”. Durante el siguiente año, las autoridades de ocupación aliadas exigieron a los jóvenes alemanes que se sometieran a un proceso de “desnazificación” y entrenamiento en democracia, diseñado para contrarrestar los efectos de 12 años de propaganda nazi. 

Si los niños como Jojo pudieron tener su visión del mundo moldeada por ideas falsas ¿cuánto más nosotros y aquellos que influimos pueden ser formados -para bien o para mal- por las narrativas que aceptamos?

A la luz del Ángel de Éxodo 23, reconsidemos las lentes con las que interpretamos nuestro mundo.

  • ¿Es Cristo, como el Ángel, quien nos da el marco para entender nuestras luchas, victorias y demoras?

  • ¿Estamos dejando que “alianzas” sutiles -filosofías, ideologías, temores- definan la historia que creemos estar viviendo?

  • ¿Qué cosmovisión estamos transmitiendo a quienes miran nuestra vida como ejemplo?

Como con Jojo, tal vez el cambio no empiece con un derrumbe de circunstancias, sino con un cambio de interpretación.

Nuestra vida no es neutra, siempre está siendo interpretada. Y esa interpretación define si vemos enemigos o misiones, demoras o preparaciones, pérdidas o podas para dar más fruto.

El llamado es claro: dejar que el Ángel -Cristo mismo- sea quien dé sentido a nuestra vida. Porque solo Él puede darle significado verdadero a lo que vemos, vivimos y esperamos.

Porque al final, nada es para ya, todo es por Él: por su gloria, por su tiempo perfecto y por la historia que Él está escribiendo, incluso cuando aún no vemos la última escena.

Comentarios

Entradas populares